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Empezar¿Qué es el Vaginismo?
El vaginismo se define como la contracción involuntaria, repetitiva y sostenida de los músculos en la entrada de la vagina justo antes o durante el coito, generando una sensación de dolor debido a estas contracciones. Este trastorno suele estar asociado con pensamientos, experiencias y reacciones negativas hacia la sexualidad.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) clasifica el vaginismo dentro del grupo de trastornos de dolor genitopélvico y de penetración. Según esta clasificación, el vaginismo provoca dolor en el suelo pélvico, la vagina o la vulva durante cualquier tipo de relación sexual, el uso de tampones, el uso de juguetes sexuales o la estimulación vaginal con los dedos.
Aunque el vaginismo es una reacción física, en gran medida está provocado por factores sociales y ambientales. Es decir, no se trata simplemente de un problema de contracción vaginal, sino de una contracción que ocurre como consecuencia de creencias erróneas, miedos y ansiedades relacionados con la sexualidad, lo que impide las relaciones sexuales o las convierte en experiencias dolorosas.
La relación entre los músculos, las emociones, los pensamientos y el dolor suele estar malinterpretada. Esta confusión puede dar lugar a que personas sin la formación adecuada o sin cualificación en terapia sexual se aprovechen de la situación.
Toda persona tiene derecho a recibir un apoyo adecuado y basado en evidencia, sin caer en manos de supuestos “expertos” que se aprovechan de la desinformación, del malestar que provoca hablar de sexualidad y de la falta de mecanismos de apoyo adecuados. En este artículo encontrarás respuestas a preguntas como qué es el vaginismo, cuáles son sus causas y cómo se trata.
¿Cuáles son las Causas del Vaginismo?
El vaginismo está relacionado con miedos y ansiedades sexuales y puede deberse a una combinación de múltiples factores, tales como:
- Falta de acceso a información confiable sobre sexualidad
- Creencias estereotipadas y erróneas sobre la sexualidad
- Experiencias adversas, violencia y traumas
- Ideas erróneas transmitidas por la familia o la sociedad
- Presión por parte de la pareja
Falta de acceso a información confiable sobre sexualidad
La falta de educación sexual accesible, la ausencia de conversaciones abiertas y empoderadoras en el entorno familiar y cercano, junto con la gran cantidad de desinformación sobre sexualidad, puede generar malentendidos y hacer que las personas se sientan solas en relación con sus experiencias.
La educación sexual puede ayudar a entender los órganos sexuales, el funcionamiento del cuerpo, los mecanismos de placer y orgasmo, y a mejorar la comunicación y el entendimiento en las relaciones. La falta de acceso a recursos fiables puede incrementar la incertidumbre sobre la sexualidad, lo que puede generar miedo y ansiedad.
Ideas estereotipadas sobre la sexualidad
Algunos mensajes estereotipados sobre la sexualidad y las relaciones sexuales presentan la sexualidad no como algo positivo, sino como algo impuesto, donde se espera que el cuerpo y la virginidad sean protegidos. Estas creencias pueden generar pensamientos y sentimientos negativos sobre la sexualidad. Algunos mensajes comunes y problemáticos incluyen:
- "De todas formas, me dolerá al tener relaciones sexuales."
- "Si no sangro la primera vez, no soy virgen."
- "El sexo es para el placer del hombre."
- "Es mi obligación."
- "Si no lo hago, me dejará."
- "Si me masturbo o uso tampones, perderé la virginidad."
Experiencias adversas, violencia y trauma
Haber estado expuesta a violencia sexual, física o psicológica, como acoso sexual, violación o abuso, puede afectar los sentimientos y pensamientos de una persona sobre la sexualidad y su comportamiento sexual, influyendo de manera negativa en sus experiencias.
Creencias familiares y sociales equivocadas
Las reacciones, actitudes y mensajes transmitidos por las familias hacia la sexualidad, el cuerpo, las relaciones y aspectos fundamentales de la sexualidad, como la identidad de género y la expresión de género, pueden influir en la percepción de la sexualidad, los valores e incluso generar ansiedad y miedos.
Cuando estas actitudes se presentan de forma negativa, es decir, como algo crítico, atemorizante, repulsivo o pecaminoso, pueden afectar de manera desfavorable la percepción de la sexualidad y ejercer presión sobre las personas.
Presión de la pareja
La insistencia de la pareja, ya sea en mantener relaciones sexuales, en ciertos comportamientos sexuales o al realizar prácticas sexuales dolorosas o ignorar las necesidades de la otra persona, puede generar miedo, ansiedad, rechazo y preocupación hacia las relaciones sexuales.
¿Cuáles son los Síntomas del Vaginismo?
Algunos de los síntomas del vaginismo incluyen:
- Dificultad o imposibilidad de tener relaciones vaginales debido a la contracción muscular
- Dolor en la vulva, la vagina o el suelo pélvico durante los intentos de relaciones vaginales
- Miedo o ansiedad ante el coito vaginal y/o el dolor que puede causar
- Persistencia de estos síntomas durante al menos 6 meses
- Tensión significativa e involuntaria y contracción de los músculos del suelo pélvico durante las relaciones vaginales
¿Cuán Común es el Vaginismo?
Las investigaciones muestran que el vaginismo tiene una prevalencia promedio de entre el 1% y el 25% a nivel mundial. Este rango varía según factores como la geografía y la frecuencia e intensidad de los estudios. En Turquía, el vaginismo es más común que en muchos otros países, lo que subraya las causas sociales y culturales de este trastorno.
Las personas diagnosticadas con vaginismo experimentan un gran temor hacia la sexualidad, pero esto no significa que toda persona con miedo a la sexualidad tenga vaginismo. A veces, se pueden escuchar comentarios sobre el vaginismo como “creo que tengo vaginismo”, lo cual puede dar la impresión de que es mucho más común de lo que realmente es.
¿Cómo se Trata el Vaginismo?
El vaginismo es una disfunción sexual. La eyaculación precoz, los problemas de erección y la dificultad para experimentar el orgasmo son algunas otras disfunciones sexuales. Las disfunciones sexuales suelen responder de manera positiva y no recurrente a las terapias en un determinado periodo. El vaginismo también se puede tratar con el apoyo de psiquiatras y psicólogos clínicos capacitados en terapia sexual.
Aunque médicos, sociólogos, educadores en sexualidad y otros profesionales del ámbito de la sexualidad pueden informar y concienciar sobre el vaginismo, no están capacitados para intervenir en su tratamiento, ya que el vaginismo es una disfunción que requiere intervención psicológica a través de la terapia sexual.
Vaginismo y Terapia Sexual
La terapia sexual para tratar el vaginismo suele implicar la participación de ambos miembros de la pareja, aunque también puede realizarse de forma individual. En algunos casos, además de la terapia en pareja, puede ser útil un trabajo personal para abordar aspectos específicos.
Se desarrolla a través de sesiones conversacionales, en las que se trabaja la educación sexual, las creencias sobre la sexualidad, los miedos y ansiedades, además de incluir ejercicios y evaluaciones. En estas sesiones, nunca se recurre a la desnudez ni al contacto físico.
Dado que cada persona es diferente en cuanto a sexualidad, salud general y entorno relacional, cada individuo puede tener necesidades distintas en el proceso de terapia sexual. Aunque habitualmente es posible tratar el vaginismo en varias sesiones a lo largo de unos meses, a veces puede ser necesario buscar apoyo a más largo plazo.
¿El objetivo del tratamiento del vaginismo es tener relaciones sexuales?
El vaginismo es una manifestación física de un problema psicológico, por lo que su tratamiento va más allá de lo físico. El objetivo no es solo alcanzar el coito vaginal, sino que la persona pueda vivir su sexualidad de forma plena, sin miedo ni tensión, sin dolor y de manera satisfactoria. Aunque el coito puede ser parte del proceso de recuperación, no constituye el objetivo principal.
¿Pueden los ginecólogos u otros médicos no psiquiatras tratar el vaginismo?
Los ginecólogos y otros médicos no psiquiatras no están formados para proporcionar tratamiento en salud mental. Los ginecólogos desempeñan un papel activo en el diagnóstico y tratamiento de problemas de salud física relacionados con la vulva, la vagina, el clítoris, los labios menores, el tracto urinario, el útero y los ovarios.
Las lesiones en los genitales externos o internos, infecciones u otras afecciones de salud también pueden causar dolor durante las relaciones sexuales. Por lo tanto, el diagnóstico de vaginismo puede ir precedido de una evaluación ginecológica.
Esta evaluación ayuda a determinar si el problema es de origen físico, lo que también se llama causas orgánicas. Esto significa que, si la persona que experimenta dolor no tiene ningún síntoma orgánico, se puede concluir que el problema es psicológico en lugar de físico.
Los ginecólogos, tras realizar el examen físico, pueden proporcionar información sobre si la queja es física o si los síntomas podrían estar relacionados con el vaginismo. Más allá de esto, no deben intervenir mediante terapia para tratar el vaginismo, sino que deberían remitir a la persona a un especialista en salud mental. Debido a la falta de una normativa profesional en el ámbito de la sexualidad en Turquía, a veces personas no autorizadas afirman poder proporcionar terapia, aplicando métodos sin base científica.
¿Afecta el Vaginismo a las Relaciones de Pareja?
La manera en que la pareja afronta el vaginismo es fundamental para determinar el impacto en la relación. Actitudes como insistir en el coito, evitar la comunicación, castigar a la pareja, expresar enfado o recurrir a la violencia pueden dañar seriamente la dinámica de la relación. Además, compartir problemas sexuales con familiares u otras personas sin el consentimiento de la pareja puede complicar aún más la situación. En cambio, un enfoque de apoyo y orientación hacia la solución ayuda a reducir la tensión en la relación y brinda respaldo a la persona que experimenta vaginismo.
¿Pueden las Personas con Diagnóstico de Vaginismo Tener Relaciones Sexuales?
Tener un diagnóstico de vaginismo no implica que una persona no pueda disfrutar de su vida sexual antes del tratamiento, ya que la relación sexual va mucho más allá de la penetración del pene en la vagina. La idea de que la “verdadera” sexualidad solo ocurre a través del coito es un concepto erróneo que proviene de ciertos roles de género. Las personas pueden experimentar estimulación, construir intimidad con su pareja y disfrutar del placer sexual y del orgasmo a través de diversas prácticas, sin que sea necesaria la penetración.
¿El Vaginismo Impide el Embarazo?
El vaginismo es una disfunción que suele responder al tratamiento en un período de tiempo relativamente corto. Por lo tanto, tanto las relaciones sexuales como el embarazo pueden ser posibles tras el tratamiento. Además, el coito vaginal no es la única vía para lograr un embarazo; existen varios métodos ofrecidos por la medicina moderna que pueden ser una alternativa.
Definiciones de algunos términos utilizados en el artículo:
Suelo pélvico: Es la capa de músculos y tejidos conectivos formada por la pelvis que permite que el útero, los ovarios y el intestino grueso funcionen correctamente.
Vagina: Forma parte de los genitales internos. Es un órgano que continúa hacia el interior del cuerpo, mientras que la parte externa se incluye en la vulva. La vagina se conecta al útero mediante el cuello uterino.
Vaginismo: Contracción involuntaria y continua de los músculos en la entrada de la vagina debido al miedo y la ansiedad respecto a la sexualidad y el coito, que provoca dolor.
Vulva: Genitales externos que incluyen los labios mayores y menores, la cabeza del clítoris, la uretra y la entrada de la vagina.
Imágenes: Rayka Kumru
Fuentes
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